Pastel Ruso, ¡qué delicia! Seguro que ya lo has probado (y si no, no sabemos a qué estas esperando). Pero ¿conoces su origen y cómo se hace?
Origen del pastel ruso
Un dulce tan delicado y exquisito no podía tener una historia corriente. Sus orígenes se remontan nada más y nada menos que a mediados del siglo XIX, en el ámbito de la realeza.
Cuando la granadina Eugenia de Montijo contrajo matrimonio con Napoleón III, se llevó a todo su séquito de cocineros españoles, puesto que no podía prescindir de ellos y de la gastronomía de nuestro país.
Durante la Exposición Universal de Paris de 1855, se celebró un banquete honrando a su alteza el Zar de todas las Rusias, Alejandro II; y Eugenia de Montijo escogió un pastel que elaboraban sus cocineros como postre. Tras probarlo, El Zar quedó tan maravillado que pidió que le facilitaran la receta. Desde ese día a este dulce se le llamó “Pastel Imperial Ruso” y ha llegado a nuestros días como “Pastel Ruso”.
Ingredientes del pastel ruso
El éxito del pastel ruso se debe a su esponjosa textura, a su ligereza y a su exquisito sabor a avellana, almendra y praliné.
Está formado por dos paredes de fino bizcocho, entre las que se encuentra un suave relleno de avellana, almendra, espuma de praliné y mantequilla. “Simple” pero elaborado y sumamente delicioso.
Además, no lleva harina, por lo que los celiacos también lo pueden disfrutar sin problema.
¿Cómo hacer pastel ruso?
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Aunque es típico de Huesca, puedes encontrarlo en varios puntos de la geografía española. Si te preguntas dónde comprar pastel ruso en Zaragoza y Madrid, la respuesta es muy pero que muy sencilla: en El Rincón. ¡Dónde si no!